17 nov 2011

Otoño

Nunca me pareció un largo periodo,
siempre creí que era un simple enojo.
Supuse que todo sería un malentendido,
una anécdota más de lo que hemos vivido.
Hoy me doy cuenta de que podría ser más,
podría ser incluso de nuestra historia el final.
Creí que el ardor del verano se esfumaba,
que contigo la tranquilidad se aproximaba.
Mi ilusión era terminar la temporada
que a ambos todavía abrumaba
y así juntos iniciar una nueva etapa.
Pero no fue así, nunca pudo serlo.
Mientras yo veía en tu ser ese cielo
con tus bellos ojos encendiendo el firmamento
tú te limitaste a un simple acercamiento.
Dejaste que cayeran las hojas del otoño,
despertaste nuevos sueños bajo su luz de oro,
aceptaste avanzar caminando a mi lado
prometiendo que jamás miraríamos al pasado.
A eso y mucho más nos aventuramos,
pero nunca te atreviste a olvidar el verano.
Hoy me he dado cuenta de mi equivocación:
no eras mi otoño, mi anhelada estación,
ni siquiera un verano para mis recuerdos.
Hoy he descubierto que eras el invierno.
Viniste a apaciguar el clima en que vivía,
calmaste inclusive de mis sueños la caída,
pero al poco tiempo desataste la tormenta,
una nevada letal de magnánima tristeza.
Te alejaste de mí dejando solamente
recuerdos empañados con frialdad indiferente.
No te reprocho nada, no encuentro qué.
No seré como el verano, no te acecharé.
Aún con la distancia, a tu lado estaré,
podrás olvidarme pero yo nunca lo haré.
Volveré a ser tan frío como el hielo,
te seguiré cuidando y te seguiré queriendo.
Tal vez me convierta también en tu invierno,
pero nunca como el verano que para ti fue infierno.

Kaiser – Mayo 2010

2 comentarios:

oyuki dijo...

Me gusta lo que escribes, este me gusta aunq es triste, pero tu interpretas los sentimientos muy bien, asi quisiera hacerlo yo.

Luis dijo...

Se agradecen las flores, y creo que, si yo pude, tú también jeje. Es cosa de ir tomando práctica, nada más.