1 oct 2010

Día 1: Miradas (13 Días)

Hoy mi vida ha vuelto a tener sentido. Hoy he visto una de las más maravillosas creaciones de este mundo. Fue en la escuela, a la hora de la salida, justo en el momento en el que todos se arremolinan para escapar de la atrofiante rutina. Ahí, entre toda la multitud, estaba ella, con su angelical sonrisa.
No pude seguir caminando, en cuanto la vi me petrifique por completo. Creí que estaba soñando, que era una especie de espejismo, pero gracias al cielo no era así. Sus ojos grandes de color castaño, haciendo juego con su cabello largo y suelto, no podían mentirme. Su silueta maravillosa que se amoldaba a la perfección con sus ropas eran hipnotizantes, aunque mucho me temo que no solo para mí. No obstante, el instante tan sublime que viví al verla fue suficiente para que no pensara en otra cosa que no fuera ella y su infinita belleza.
Pero eso no fue lo mejor de todo. Cruzamos nuestras miradas. No sabría decir si fue un segundo o si acaso duramos una hora mirándonos, no lo sé en realidad. Su mirada fue más que suficiente para que sucumbiera, para que perdiera la noción del tiempo. Es difícil detallar lo que sentí en ese momento, pero puedo decir que ese cruce de miradas me ha dado la mayor felicidad que nunca había sentido. Me dicen mis amigos que estuvimos así trece segundos. En realidad no sé si creerles o no, no me interesa mucho. Lo que me interesa y no ha dejado de rondar en mi cabeza es ella. Fue el más delicioso aquel silencio que nos cubrió, haciendo todo el trabajo de nuestro primer encuentro.
No aguanto las ganas, ya deseo verla mañana.

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